¡Hola bolitas! Quiero inaugurar mi blog con un post fundamental, escoger el tono ideal de base para tu piel. Desde luego, existen diversas opiniones al respecto y, obviamente, cada maestrillo tiene su librillo, pero os voy a contar los pasos que sigo con mis clientes.

En primer lugar, tenéis que saber que la base tiene que tener el mismo tono que vuestra piel. Sí, sé que much@s os habréis llevado las manos a la cabeza… ¡Estoy muy pálida y quiero parecer más morena! Lo siento darlings, lo que conseguís utilizando tonos más elevados que el tono de vuestra piel es un efecto máscara, queda artificial y lo peor de todo… ¡SE VE EL CORTE EN EL CUELLO! (a no ser que os maquilléis cuello, orejas y las partes visibles de vuestro cuerpo, manos, brazos…). El objetivo de una base es crear una segunda piel, es decir tu piel sin imperfecciones y con un tono uniforme.  En futuros post os explicaré cómo subir el tono aplicando rubor y bronceador en zonas específicas.

Por norma, las pieles se dividen en tres tonalidades:

– Fría: en este tipo de pieles predomina el subtono rosa o azulado, generalmente son rostros de tez clara y luminosa. Algunos términos comunes que se utilizan para estos tonos en las bases son: porcelana, sand,  sable, pastel, rosa etc.

– Cálida: este tipo de pieles tienden a ser más amarillas. Los rostros cálidos más claros suelen enrojecer y se  queman con facilidad por el sol. Los rostros cálidos más oscuros se broncean con facilidad, y suelen tener un tono cetrino o aceitunada.

– Neutros: suele ser un rostro dorado. Los términos más comunes de esta gama son: Honey, Sun beige, Golden, Peach, Caramel etc.

Para escoger el tono ideal de la base haremos una prueba sobre la zona inferior del rostro, en la mandíbula y en el cuello. El tono adecuado se fundirá con la piel. Es importante probar la base  a la luz solar, porque dependiendo de la luz el efecto de la base variará. Dependiendo del tipo de piel, también tenéis que tener en cuenta si la composición de la base está elaborada con agua o con aceite. Si tenéis una piel con imperfecciones (poros dilatados o granitos), os recomiendo optar por una base compuesta con agua.

Resumiendo, es importante que tengáis en cuenta vuestro tono de piel a la hora de escoger una base: fría, cálida o neutra, y vuestros subtonos: rosado, amarillo (cetrino) o dorado. Y el objetivo es que la base cree una segunda piel, que se funda totalmente con esta. Dependiendo de la marca, cada base tiene un subtono, por ejemplo las bases de MAC, tienen los tonos de sus bases divididos en dos categorías: N y C. Los tonos N tienen subtono rosado, y los tonos C, subtono amarillo.

Es un mundo complejo, pero el truco esta en probar, probar y probar hasta dar con la vuestra.